Ya solo faltan dos días más, chicos y chicas, así que ánimo, a ver si ha habido suerte.
A.
Te internas en el bosque, siguiendo las indicaciones que te ha dado el recepcionista. Sin embargo, cuando llevas media hora andando te das cuenta de tu error. El bosque es enorme y todo el bosque te parece igual, por lo que no tardas en perderte. Caminas un rato más hasta que te cansas. Estás a punto de llorar de rabia y frustración, y el problema es que ahora tampoco sabes volver, pero debes continuar.
Así, durante las siguientes horas caminas sin rumbo por el bosque, sintiendo cómo el hambre y la sed van a calando en ti. Llega la noche y te acurrucas junto a un viejo tronco de árbol.
Por la mañana sigues caminando, pero te sientes mal. Notas que la frente te arde y no puedes dejar de tiritar.
Ya no sabes qué hacer cuando escuchas voces más adelante. Corres hacia ellas y encuentras a tres policías.
—¡Por fin! —exclama uno al verte—. ¡Está aquí!
—Menudo susto has dado a tus amigos y a tus padres—te reprende el otro policía—. Vamos, te llevaremos de regreso a casa, pero antes pasaremos por un hospital.
Pasas más de una semana en el hospital hasta que te recuperas. Te enteras pocos días después de que María ha aparecido, pero prefieres no pensar en eso para recordar la mala experiencia que has pasado.
FIN DE LA AVENTURA
B.
Emprendes la marcha hacia el río, con la seguridad de que debe de estar allí, ya que el día anterior viste al hombre llegar al hotel con el equipo de pesca, pero no llevaba ningún pescado.
Es fácil llegar hasta el río, ya que según avanzas el sonido del agua se va haciendo más y más fuerte.
Por fin llegas a tu destino. Se trata de un río muy ancho de aguas bastante tranquilas.
Miras a tu alrededor y no ves al señor Javier, así que decides caminar paralelamente a su cauce. Después de caminar veinte minutos lo ves.
El hombre, que está sentado en la orilla y en ese momento está preparando la caña para ponerse a pescar, se detiene al ver que te acercas.
—Tú estabas con la chica que encontró la moneda, ¿qué quieres? —te pregunta con cara de pocos amigos.
—Mi amiga ha desaparecido, se la ha llevado un monstruo.
El hombre suelta un suspiro.
—Me lo temía. Ven, vamos a mi casa.
Recoge sus cosas y comienza a caminar hacia el bosque. Camina despacio, cojeando mucho, por lo que no te cuesta seguirle el ritmo.
¡MUY BIEN!, SEGUIMOS A LA PRÓXIMA ESCENA
C.
No tienes problema en llegar al campo de las moras silvestres, después de subir por una resbaladiza pendiente. Los arbustos están repletos de ellas.
Coges una y te la metes en la boca, pero la escupes enseguida. Tal y como te dijo el recepcionista, están todavía muy verdes.
Miras a tu alrededor buscando al viejo, pero no hay rastro de él. Te das la vuelta y comienzas a regresar cuando al comenzar a bajar por la pendiente de tierra te resbalas.
Caes rodando y te das un fuerte golpe contra una gran roca.
Pierdes el conocimiento y cuando abres los ojos ves que varias personas que no conoces te están transportando en una camilla. Escuchas un sonido fuerte y notas viento, entonces te das cuenta de que te llevan a un helicóptero, que espera en un descampado cercano con sus aspas girando.
Te llevan a un hospital y pasas allí tres días, hasta que te dan el alta. Por suerte no ha sido nada grave, aunque te hacen llevar un collarín y no puedes abandonar tu casa.
Unos días después aparece María, sin recordar nada. ¿Qué le habrá sucedido?
FIN DE LA AVENTURA
Susana
Ohhhh que mala suerte, ♀️en fin seguiremos leyendo la aventura aunque no podamos participar, nos encanta.
Mario
Qué bien! Seguimos.. qué divertido este ratito.. gracias!