A mí no me gusta nada la venta «en persona», la verdad es que me intimida bastante, y puede que en parte se deba a miedo al fracaso, claro, pero este año me he animado a montar una «paraeta» en la feria de artesanía de Sos del Rey Católico, que es donde veraneo porque es el pueblo de mi suegro.

Tenía de mi parte el hecho de que hay gente que me conoce, por lo que jugaba en casa, y lo he agradecido mucho.

El resumen de los dos días de feria es que he podido superar en parte mi timidez a estas cosas y además he vendido 31 libros, por lo que estoy muy contento.

Además, como veis en la imagen, he estrenado cartel.

La parte peor se la ha llevado mi mujer, que ha tenido que estar al cargo de mis cinco hijas ella sola y, aunque no se han portado mal, ha sido cansado, sobre todo con la bebé, claro.